El infante Urdangarín el Mangarín

Bonito el regalo que nos han traído los reyes, un yerno amante de lo ajeno, y más concretamente del ajeno dinero público. Que se conoce que se acostumbra uno muy pronto a tocarse los revellones e ir cobrando el parné  mientras, y el ex-estrella del balonmano no tenía suficiente con los más de 800,000€ que le tocaban anualmente por ser parte de la familia real y decidió montarse el chiringuito de las ONGs, que "pa" qué se lo queden los negritos de África, ya está él, que tiene más necesidades. Y es que la vida está muy cara, y los palacetes de 1.300 m2 mucho más.

Si teníamos motivos de sobra para exigir la disolución de la monarquía, sistema político anacrónico y ridículo en pleno siglo XXI, sólo nos faltaba la llegada del tierno infante mangante para indignarnos todavía un poquito más. Nuestras compañeras del CAI llevan desde el 31 de diciembre acampadas delante del chalecito de la ladera del Tibidabo, su enfado es tal, que se han declarado en huelga de sed de bebidas proletarias y han dejado la cerveza de barril y vino de la casa, ahora sólo beben Moët Chandon, agua Evian y ginebra GVine, y es que ellas atacan así, con la ironía fina.

Aquí el amigo Urdangarín recién detenido por la benemérita. La lesión del túnel carpiano se la hizo contando monedas de euro, y ¡es que los ricos también lloran! ¡Qué se pensaban! 

¡Qué tiempos aquellos! Miren que carita de contento ¡más que un gorrino en un cenagal!! Si es que se le hace feliz con cualquier cosilla... bueno, con unos cuantos milloncillos de euros, claro.

Las escuchas secretas le pillan de vellón: “Ay, Cristinica, que creo que nos han pillado, tú sonríe, dientes, dientes, que es lo que les gusta”.

Nuestro compañero Llorenç Panegre se hizo con esta figurita en las pasadas Navidades, y nos la colocó en la mesa camilla de la oficina. Pero las miembras del CAI nos horrorizamos de verle el culo cada día a semejante elemento así que exigimos que la sacara de nuestra vista.

Lo que de verdad hace que en el CAI nos rasguemos las vestiduras (descuiden que debajo llevamos ropa interior de marca, no enseñamos las partes nobles), es que, una avarícia sinvergonzona que haría enrojecer al mismísimo Tío Gilito, se esconda detrás de una supuesta ONG ¡A la cárcel hombre!

El otro día veíamos en la tele la peli de Maria Antonieta (vale, sabemos que la Sofi Coppola es una petarda  pero era domingo por la tarde y las neuronas estaban KO), y comprobamos como nuestros vecinos franceses, aúnque nos joden la fruta, de esto de acabar con la monarquía saben un rato. Nunca te acostarás sin saber una cosa más.

Así acabó Luis XVI y eso sin cobrar 800,000€ de sueldo anual. Oh là, là! Si es que los franceses no se andan con chiquitas.

Y hasta aquí el CAI de hoy, ahora nos vamos a tejer una manta zamorana con los colores de la república, que nos han dicho que viene una corriente siberiana y no queremos que nos pille en bolas.